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La psicología es una disciplina científica que estudia los procesos mentales o cognitivos (pensamientos), las emociones y la conducta de los seres humanos con el objetivo de poder comprenderlos. De esta manera, se puede conseguir explicar por qué nos comportamos, pensamos o sentimos de una determinada forma y, por tanto, nos puede ayudar:
Cuando no sabemos qué hacer o nos enfrentamos a una situación difícil (rupturas, duelos, oposiciones, cambios de residencia, juicios, etc.) para poder gestionarla de la mejor manera posible y así mitigar el malestar, el sufrimiento o la angustia que genera de una manera más eficaz y rápida, ya que la psicología puede darnos otra visión de lo que estamos viviendo y ayudarnos a superar el problema que nos mantiene en el mismo lugar.
Cuando la sintomatología que tenemos o el malestar es de tal magnitud que afecta a varias áreas de nuestra vida (laboral, personal, familiar, social, etc.). En estos casos es de especial importancia la terapia psicológica, ya que estos síntomas imposibilitan que seamos funcionales en nuestro día a día y suelen manifestarse de forma continuada.
Cuando queremos desarrollar algún aspecto de nuestra vida, por ejemplo, mejorar el rendimiento académico, las habilidades sociales, la comunicación familiar, desarrollar nuestra autoestima, comprendernos mejor a nosotros mismos, aprender a gestionar las emociones y los pensamientos para que no nos limiten, establecernos metas y cómo conseguirlas, etc.
La psicología es una disciplina científica que estudia los procesos mentales o cognitivos (pensamientos), las emociones y la conducta de los seres humanos con el objetivo de poder comprenderlos. De esta manera, se puede conseguir explicar por qué nos comportamos, pensamos o sentimos de una determinada forma y, por tanto, nos puede ayudar:
Cuando no sabemos qué hacer o nos enfrentamos a una situación difícil (rupturas, duelos, oposiciones, cambios de residencia, juicios, etc.) para poder gestionarla de la mejor manera posible y así mitigar el malestar, el sufrimiento o la angustia que genera de una manera más eficaz y rápida, ya que la psicología puede darnos otra visión de lo que estamos viviendo y ayudarnos a superar el problema que nos mantiene en el mismo lugar.
Cuando la sintomatología que tenemos o el malestar es de tal magnitud que afecta a varias áreas de nuestra vida (laboral, personal, familiar, social, etc.). En estos casos es de especial importancia la terapia psicológica, ya que estos síntomas imposibilitan que seamos funcionales en nuestro día a día y suelen manifestarse de forma continuada.
Cuando queremos desarrollar algún aspecto de nuestra vida, por ejemplo, mejorar el rendimiento académico, las habilidades sociales, la comunicación familiar, desarrollar nuestra autoestima, comprendernos mejor a nosotros mismos, aprender a gestionar las emociones y los pensamientos para que no nos limiten, establecernos metas y cómo conseguirlas, etc.
Se trata de una terapia individualizada, centrada en tu motivo de consulta y la resolución del mismo. En ella, se utilizarán las técnicas que más se adapten a tu problemática/demanda y seremos nosotros los que nos amoldaremos a ti y no al revés.
Aquí podemos ayudarte a mejorar tu salud mental o a conseguir otros objetivos como conocerte mejor, mejorar la autoestima o las habilidades sociales, conseguir tus metas, etc. y somos especialistas en:
La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) ha resultado ser efectiva para tratar multiplicidad de problemas. Su objetivo principal es solucionar aquello que ha hecho que acudamos a terapia y prevenir su reaparición, centrándose en las emociones, pensamientos y conductas que se tienen en el presente.
Las cogniciones, las emociones y el comportamiento están profundamente vinculados, por lo que realizar un cambio en uno de ellos influye en los demás. Por eso, esta terapia se centra en localizar y transformar ciertos patrones de pensamiento para conseguir un cambio en las conductas y las emociones.
Además, tiene un enfoque psicoeducativo, ya que aprendemos qué son las emociones y cómo gestionarlas, cómo detectamos esos patrones de pensamiento negativos, cómo cambiarlos y por qué las conductas pueden seguir favoreciendo que surja el problema. De esta forma, podemos comprender por qué se mantiene dicho problema y cómo solucionarlo.
Por todo ello, la Terapia Cognitivo-Conductual se utiliza con trastornos de ansiedad, depresión, ataques de pánico, fobias, trastorno obsesivo compulsivo (TOC), estrés postraumático, depresión, duelo, rupturas de pareja, inestabilidad emocional, autocontrol y manejo de la ira, trastornos de la conducta alimentaria, etc.
EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) se centra en procesar todos aquellos recuerdos del pasado que están conectados con los problemas actuales, para así poder abordar todos los síntomas del presente y las situaciones futuras.
No todos los recuerdos son iguales, sino que algunos acontecimientos que vivimos se pueden considerar altamente estresantes y son tan intensos que es imposible procesarlos de forma adecuada en ese momento. Se quedan “encapsulados” y cada vez que los recordamos, nos siguen produciendo el mismo dolor de antaño.
Con EMDR se abordan dichos recuerdos para que se integren de forma adaptativa y no nos generen ese sufrimiento. También se utiliza cuando parece haberse olvidado dicho recuerdo, pero sigue registrado en nuestro cuerpo en forma de síntomas psicológicos y somáticos como ansiedad, flashbacks, pérdidas de memoria, hiperactivación, hipersensibilidad ante determinados estímulos, dolores musculares, etc. que siguen apareciendo años después.
Para ello, se utiliza la estimulación bilateral, con la que se consigue la desensibilización de todas esas situaciones. De esta forma, se consigue que todos los recuerdos se procesen de forma adaptativa y que desaparezca la sintomatología que provocaban.
Por tanto, EMDR se puede utilizar con cualquier problema relacionado con trauma y estrés, ansiedad, fobias, ataques de pánico, duelos y pérdidas, violencia y abuso físico y emocional, trastornos alimenticios, etc.
Las terapias de tercera generación se centran en potenciar la calidad de vida, sin olvidar que todos tenemos un contexto en el que vivimos y que este influye en nosotros.
Aceptación y compromiso
La Terapia de Aceptación y Compromiso potencia la capacidad de resiliencia, ya que nos ayuda a adaptarnos a situaciones desfavorables y nos otorga la capacidad de buscar activamente una vida más plena.
Para ello, es fundamental centrarse en el lenguaje, ya que la forma en la que nos hablamos a nosotros mismos influye en nuestras experiencias. Además, nuestros pensamientos muchas veces se componen de palabras y nos quedamos “enredados” en ellos, sin poder estar en el “aquí” y el “ahora”.
La terapia de Aceptación y Compromiso nos ayuda a defusionarnos de esos pensamientos o a poder verlos con distancia, sin que estos nos afecten. Además, se trabaja desde una búsqueda de nuestros valores y la adquisición de un compromiso para movernos en la dirección que nosotros queramos. De esta forma, podemos elegir la forma en la que deseamos vivir.
Mindfulness
El mindfulness se basa en la atención plena, es decir, centrarse en el presente sin valorar o realizar juicios y ser un testigo más de todo lo que ocurre en nuestro interior para evitar meternos en el bucle negativo que nos genera malestar. De esta manera no intentamos controlar todo lo que nos ocurre y podemos centrar nuestra vida, sin que esté anclada en el pasado o en el “qué pasará”.
Terapia de los sistemas de familia interna
La IFS parte de que cada persona tiene la capacidad de sanar por sí misma y se basa en la multiplicidad de la mente. Es decir, todos tenemos diferentes “yo” dentro de nosotros que se han ido creando a lo largo de nuestra vida y que nos ayudan a superar situaciones o dar sentido a lo que vivimos.
En terapia, se utiliza para lograr un mayor control sobre las reacciones impulsivas o automáticas y ayuda a transformar la voz interior más crítica en otra más autocompasiva, calmada, confiable, curiosa, etc. Este nuevo “self” será el que nos ayude a comprender por qué se crearon las partes protectoras (como la ansiedad, el perfeccionismo, los trastornos alimentarios, etc.) y sanar nuestros/as “niños/as interiores”.
El objetivo principal de la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) es solucionar aquello que ha hecho que acudamos a terapia y prevenir su reaparición, centrándose en las emociones, pensamientos y conductas que se tienen en el presente.
Las cogniciones, las emociones y el comportamiento están profundamente vinculados, por lo que realizar un cambio en uno de ellos influye en los demás. Por eso, esta terapia se centra en localizar y transformar ciertos patrones de pensamiento para conseguir un cambio en las conductas y las emociones.
Además, tiene un enfoque psicoeducativo, ya que aprendemos qué son las emociones y cómo gestionarlas, cómo detectamos esos patrones de pensamiento negativos, cómo cambiarlos y por qué las conductas pueden seguir favoreciendo que surja el problema.
Por todo ello, se utiliza con trastornos de ansiedad, depresión, ataques de pánico, fobias, trastorno obsesivo compulsivo (TOC), estrés postraumático, depresión, duelo, rupturas de pareja, inestabilidad emocional, autocontrol y manejo de la ira, trastornos de la conducta alimentaria, etc.
EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) se centra en procesar todos aquellos recuerdos del pasado que están conectados con los problemas actuales, para así poder abordar todos los síntomas del presente y las situaciones futuras.
No todos los acontecimientos que vivimos son iguales, sino que algunos son tan intensos que es imposible procesarlos de forma adecuada en ese momento. Se quedan “encapsulados” y cada vez que los recordamos, nos siguen produciendo el mismo dolor.
Con EMDR se abordan dichos recuerdos para que se integren de forma adaptativa y no nos generen ese sufrimiento. Por tanto, se puede utilizar con cualquier problema relacionado con trauma y estrés, ansiedad, fobias, ataques de pánico, duelos y pérdidas, violencia, abuso físico y/o emocional, trastornos alimenticios, etc.
Aceptación y compromiso
La Terapia de Aceptación y Compromiso potencia la capacidad de resiliencia, ya que nos ayuda a adaptarnos a situaciones desfavorables y nos otorga la capacidad de buscar activamente una vida más plena.
Para ello, es fundamental centrarse en el lenguaje, ya que nuestros pensamientos se componen de palabras (en su mayoría) y muchas veces nos quedamos “enredados” en ellos, sin poder estar en el “aquí” y el “ahora”. Esta terapia nos ayuda a “defusionarnos” de esos pensamientos o a poder verlos con distancia, sin que estos nos afecten. Además, se trabaja desde una búsqueda de nuestros valores y la adquisición de un compromiso para movernos en la dirección que nosotros queramos. De esta forma, podemos elegir la forma en la que deseamos vivir.
Mindfulness
El mindfulness se basa en la atención plena, es decir, centrarse en el presente sin valorar o realizar juicios y ser un testigo más de todo lo que ocurre en nuestro interior para evitar meternos en el bucle negativo que nos genera malestar.
Terapia de los sistemas de familia interna
La IFS parte de que cada persona tiene la capacidad de sanar por sí misma y se basa en la multiplicidad de la mente. Es decir, todos tenemos diferentes “yo” dentro de nosotros que se han ido creando a lo largo de nuestra vida y que nos ayudan a superar situaciones o dar sentido a lo que vivimos.
En terapia, se utiliza para lograr un mayor control sobre las reacciones impulsivas o automáticas y ayuda a transformar la voz interior más crítica en otra más autocompasiva, calmada, confiable, curiosa, etc. Este nuevo “self” será el que nos ayude a comprender por qué se crearon las partes protectoras (como la ansiedad, el perfeccionismo, los trastornos alimentarios, etc.) y sanar nuestros/as “niños/as interiores”.
Al tener como uno de nuestros valores ofrecer el mejor acompañamiento, es importante saber si nuestro centro es el lugar más adecuado para ti. Por eso, lo primero que haremos será tener una sesión gratuita para saber el motivo que te ha traído hasta nosotros y así poder orientarte, explicarte cómo funcionamos y resolver cualquier duda que pueda surgir.
Después de la sesión informativa, pasaremos a la evaluación de cada caso concreto para después poder ajustar la intervención a las necesidades de cada persona desde el enfoque que mejor se adapte a ella. Además, con la evaluación también se busca que puedas comprender qué te ha llevado hasta este punto, ya que la compresión es el punto de partida para poder movilizarse hacia un cambio.
El tratamiento podrá variar según las necesidades de cada persona, pero independientemente de la corriente utilizada, todas las técnicas utilizadas tendrán un respaldo científico que corroboren su eficacia. Durante esta fase, se prestará especial atención a las emociones, pensamientos o conductas que se quieran abordar y a todas aquellas experiencias o sensaciones que se hayan quedado grabadas en nuestro cuerpo o nuestra mente.
Para asegurarnos de que los cambios son auténticos, se realizarán evaluaciones antes, durante y después de la terapia. Además, podrás recopilar una serie de herramientas que podrás aplicar en tu día a día y te ayudarán a manejar las situaciones cotidianas que nos generan estrés.
Al finalizar el tratamiento, se fijará una sesión de seguimiento para asegurarnos de que se han conseguido los objetivos marcados en un periodo de tiempo más distendido en el tiempo y finalmente, se dará el “alta” del centro, al que siempre podrás volver si lo necesitas.
Al tener como uno de nuestros valores ofrecer el mejor acompañamiento, es importante saber si nuestro centro es el lugar más adecuado para ti. Por eso, lo primero que haremos será tener una sesión gratuita para saber el motivo que te ha traído hasta nosotros y así poder orientarte, explicarte cómo funcionamos y resolver cualquier duda que pueda surgir.
Después de la sesión informativa, pasaremos a la evaluación de cada caso concreto para después poder ajustar la intervención a las necesidades de cada persona, utilizando técnicas que tengan un respaldo científico. Además, también se busca que puedas comprender qué te ha llevado hasta nosotros, ya que la compresión es el punto de partida para poder movilizarse hacia un cambio.
Para asegurarnos de que los cambios son auténticos, se realizarán evaluaciones antes, durante y después del tratamiento y, al finalizarlo, se fijará una sesión de seguimiento para asegurarnos de que se han conseguido los objetivos marcados para poder dar el “alta” del centro al que siempre puedes volver si lo necesitas.
Cualquier pareja puede pasar por un momento de crisis, lo importante es poder resolverlo de la mejor manera posible. A veces, uno de los dos está tan ocupado que no dedica tiempo de calidad a la otra parte, no se hacen actividades conjuntas, surge el miedo a hablar con la otra persona, no hay momentos en los que se pueda conversar, etc.
Todo ello puede llevar a que se pierdan algunos vínculos y no sintamos el mismo afecto, confianza o pasión, aunque el amor siga ahí. Por tanto, la terapia de pareja puede ayudarnos a:
Al igual que en una sesión individual, lo primero que haremos será tener una sesión gratuita para saber los motivos que os han traído hasta nosotros y así poder orientaros, explicaros cómo funcionamos y resolver cualquier duda que os pueda surgir.
Cabe destacar que la terapia de pareja no cuesta el doble que la terapia individual, y que cada una de las sesiones que se tengan por separado se cobrarán como una sesión individual y no como una de pareja.
Después de la sesión informativa, pasaremos a la evaluación de vuestro caso, detectando los estilos de comunicación que tenéis, las dificultades que encontráis en el día a día, en qué momento de la relación se encuentra cada uno, etc. A partir de aquí se concertará una cita nuevamente con ambos o cada uno por separado según vuestras necesidades.
Tras la evaluación, se marcan unos objetivos para que podáis afrontar los conflictos de una forma más empática y comunicativa, establecer una comunicación efectiva, sentiros comprendidos y mejorar vuestra vida en pareja, entre otros.
Para asegurarnos de que los cambios son auténticos, se realizarán evaluaciones antes, durante y después de la terapia. Además, podréis recopilar una serie de herramientas que podréis aplicar en vuestro día a día.
Al finalizar el tratamiento, se fijará una sesión de seguimiento para asegurarnos de que se han conseguido los objetivos marcados en un periodo de tiempo más distendido en el tiempo y finalmente, se dará el “alta” del centro, al que siempre podréis volver si lo necesitáis.
Al igual que en una sesión individual, lo primero que haremos será tener una sesión gratuita para saber los motivos que os han traído hasta nosotros y así poder orientaros, explicaros cómo funcionamos y resolver cualquier duda que os pueda surgir.
Cabe destacar que la terapia de pareja no cuesta el doble que la terapia individual, y que cada una de las sesiones que se tengan por separado se cobrarán como una sesión individual y no como una de pareja.
Después de la sesión informativa, pasaremos a la evaluación de vuestro caso, detectando los estilos de comunicación que tenéis, las dificultades que encontráis en el día a día, en qué momento de la relación se encuentra cada uno, etc. A partir de aquí se concertará una cita nuevamente con ambos o cada uno por separado según vuestras necesidades.
Tras la evaluación, se marcan unos objetivos para que podáis afrontar los conflictos de una forma más empática y comunicativa, establecer una comunicación efectiva, sentiros comprendidos y mejorar vuestra vida en pareja, entre otros.
Para asegurarnos de que los cambios son auténticos, se realizarán evaluaciones antes, durante y después de la terapia. Además, podréis recopilar una serie de herramientas que podréis aplicar en vuestro día a día.
Al finalizar el tratamiento, se fijará una sesión de seguimiento para asegurarnos de que se han conseguido los objetivos marcados y finalmente, se dará el “alta” del centro, al que siempre podréis volver si lo necesitáis.
El informe clínico puede ser utilizado en diversas ocasiones ya que es el resultado de la evaluación realizada por el terapeuta en cualquier momento en el que lo necesites. En él se describirá brevemente el motivo de consulta, los cuestionarios aplicados y los resultados obtenidos para poder obtener información acerca de la problemática presentada.
Se pueden realizar tanto de forma aislada como dentro del proceso de terapia y pueden ser utilizados para diversos motivos.
El informe clínico puede ser utilizado en diversas ocasiones ya que es el resultado de la evaluación realizada por el terapeuta en cualquier momento en el que lo necesites. En él se describirá brevemente el motivo de consulta, los cuestionarios aplicados y los resultados obtenidos para poder obtener información acerca de la problemática presentada.
Se pueden realizar tanto de forma aislada como dentro del proceso de terapia y pueden ser utilizados para diversos motivos.